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Desde los años ochenta, el número de segundas residencias se ha incrementado y su auge parece no detenerse. Cualquiera que sea el uso que se haga de la segunda vivienda, no se debe descuidar en ningún caso la necesidad de un seguro completo para protegerse del riesgo de posibles daños al inmueble, a su contenido y también a otras personas.

No solo para las vacaciones

Pero, ¿cuál es la razón de este aumento? ¿Cuáles son las motivaciones para comprar una segunda vivienda? Sería lógico pensar inmediatamente en la elección de lugares de vacaciones, lugares para pasar en paz los años de jubilación, puntos de apoyo para los fines de semana o destinos tranquilos para las vacaciones… Pero esto solo es cierto en parte.

Una búsqueda realizada a nivel europeo muestra que quien decide comprar una segunda propiedad, solo en el 34% de los casos elige un lugar turístico; por lo demás, se prefieren ciudades o metrópolis ya que la compra se debe con mayor frecuencia a motivos de inversión y con finalidad de obtener ingresos. Parece claro que disponer de una propiedad en el centro urbano o en los campus universitarios, puede garantizar una entrada adicional de ingresos, gracias a la facilidad para alquileres cortos de viviendas en esas localizaciones.

La importancia de asegurar la segunda casa

Cualquiera que sea la razón que impulsa a la compra, sabemos bien que cuando se suscribe un préstamo para la compra de una vivienda, sea la primera residencia o la segunda, es obligatorio contratar una póliza para proteger la propiedad contra eventos como el incendio, relámpagos y explosiones.

En la práctica, si se produce uno de estos eventos negativos, la compañía de seguros compensará el valor equivalente a la reconstrucción de la propiedad, de modo que la hipoteca se liquide automáticamente.

Es una seguridad adicional, pero hay que tener en cuenta que este seguro «básico» solo cubre eventos excepcionales que pueden destruir el edificio, dejando al descubierto muchas otras situaciones menos graves, que, sin un seguro adicional, serían responsabilidad del propietario.

Por esta razón, siempre es aconsejable recurrir a una póliza «voluntaria» para disfrutar de una protección más completa, que cubra, por ejemplo, el robo, la responsabilidad civil frente a terceros, o incluso la necesidad de una intervención y un mantenimiento rápidos frente a un daño; todo ello con garantías y coberturas elegidas por el asegurado en función de sus necesidades.

Encontrar un buen seguro de hogar es una solución ideal en estos casos y mucho más fácil cuando se busca en un comparador de seguros de hogar. Lo mejor es prestar la atención a los productos que sean flexibles a las necesidades del asegurado y capaces de ofrecer cobertura a una amplia gama de situaciones, incluyendo la protección legal para la defensa de los intereses del asegurado.
En el caso de la segunda casa, una protección adicional se vuelve prácticamente indispensable: no viviendo en ella, es normal no ir a menudo y no tener todo siempre bajo control, así la simple rotura de una tubería, una simple infiltración de agua desde el techo u otros imprevistos similares, son eventos dañinos que corren el riesgo de volverse muy costosos, si se atienden tarde y sin una cobertura adecuada.

Por último, poder contar con una póliza tan completa es aún más importante en los casos en que se decide alquilar el inmueble «secundario»: una situación en la que no tendríamos el pleno control sobre eventos de los que, en último caso, seríamos responsables.