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El seguro de enfermedad es un tipo de seguro facultativo que permite disfrutar de una prestación médica privada sin gastar grandes cantidades. Muy extendida en los países donde no hay un sistema de asistencia sanitaria estatal (por ejemplo, los Estados Unidos), en los últimos años ha encontrado espacio también en España debido a las frecuentes disfunciones de nuestra salud pública, que garantiza cuidados médicos gratuitos pero no siempre eficaces, empezando por los largos tiempos de espera. Por ello, muchas personas prefieren confiar en la atención sanitaria privada, que es muy cara: el seguro médico sirve precisamente para que estos costes no recaigan en su cuenta bancaria.

Seguro de enfermedad: qué cobertura prevé

Existen diferentes tipos de seguros médicos, cada uno con las coberturas más adecuadas para cada tipo de exigencia del cliente, y eventualmente se pueden extender también a los miembros de la familia o a los empleados. Las más comunes son las siguientes:

  • Indemnizaciones:
  • Garantizan al asegurado un importe fijo por cada día de hospitalización y, en caso necesario, también por los días de convalecencia post-hospitalaria. También prevén una indemnización por las escayolas debidas a fracturas óseas y por las pérdidas de ingresos debidas a la imposibilidad de trabajar, por estar hospitalizado o convaleciente.
  • A reembolso: Indemnizan al beneficiario, total o parcialmente (según los términos del contrato), los gastos médicos ocasionados por un accidente o una enfermedad. Estos gastos pueden ser cobrados directamente por el asegurado, que luego será reembolsado por su seguro, directamente a la compañía en los seguros de salud sin copago.
  • Por invalidez permanente: conceden una indemnización económica en proporción al grado de invalidez. Sin embargo, para cobrarlo es necesario que la invalidez supere al menos el 26%.

En resumen, los seguros de enfermedad ofrecen cobertura para gastos de hospitalización, intervención, tratamiento, fisioterapia y rehabilitación, compras de medicamentos durante la hospitalización y pruebas diagnósticas relacionadas con una enfermedad o un accidente.

En cambio, los seguros de enfermedad no ofrecen cobertura para intervenciones estéticas, cuidados dietéticos, corrección de defectos físicos, abortos voluntarios no terapéuticos, enfermedades particulares como el sida, la esquizofrenia y otras patologías psíquicas, así como los accidentes relacionados con el abuso de alcohol, drogas, alucinógenos y psicofármacos.

Seguro de enfermedad: a quien se aconseja
En España los gastos médicos son gratuitos por ley, pero en realidad sabemos que no es así: curarse los dientes, por ejemplo, cuesta un ojo de la cabeza, así como dirigirse a fisioterapeutas, oftalmólogos, cardiólogos, etc. Por no hablar de que las prestaciones sanitarias gratuitas garantizadas por el Estado, por las que hay que pagar el ticket, a menudo requieren plazos de espera muy largos.

En cambio, contratar un seguro de salud permite que un profesional le trate en privado, obteniendo la prestación inmediata con el reembolso, total o parcial, de los costes. Por eso el seguro de salud es aconsejado un poco a todos, con especial atención a las personas más jóvenes, si bien teniendo en cuenta que algunos contratos sólo permiten la celebración dentro de un límite de edad (de 65 a 80 años, depende de la compañía).