Os conocéis, os enamoráis y se dispara la pasión en forma de aumento de dopamina y noradrenalina, disminuyendo la serotonina. Surge la atracción física, intelectual y afectiva, y se materializa la sexualidad desde el respeto y la comunicación.
Aprendéis juntos, y os mantenéis en ese estado un máximo de dos años.
¿QUÉ PASA DESPUÉS DE LA PASIÓN INICIAL?
Aparece el síndrome de estrés postromántico y hay que aprender a amarse sin aquella pasión del principio.
Muchos lo logran, porque además de pasión cuentan con amistad y proyectos en común.
Se produce un olvido de la seducción, y baja la frecuencia y la calidad de los encuentros sexuales. Los deseos ya no están coordinados, aparecen los dolores de cabeza, el cansancio y las crisis de todo tipo, personales o económicas.
Si llegan los hijos dejamos de sentirnos seres sexuales. En el puerperio es normal olvidarnos del sexo. Los problemas de estrés, trabajo y la falta de planes a solas, hacen que muchas parejas digan quererse mucho pero apenas hagan el amor.
LA ETAPA DE LA SEXUALIDAD A SOLAS
Del porno e Internet. Y para ellas del succionador de clítoris. Y en medio de todo esto se instaura la pereza, el tedio y la monotonía. A muchas parejas el encuentro sexual no les compensa, o es meramente “por cumplir”.
PROBLEMAS SEXUALES
Más allá de este proceso de vida sexual de pareja, más o menos normal, pueden sumarse problemas psicológicos y médicos como depresión, ansiedad, duelos, falta de deseo y anorgasmia.
Importantes resultan los problemas de erección, eyaculación precoz y eyaculación tardía, así como los coitos dolorosos, las enfermedades de transmisión sexual y los dolores de cabeza o pecho tras el sexo.
Con el paso de los años, se presentan las alteraciones del suelo pélvico, la hipertensión y el miedo a practicar sexo por riesgo de infarto.
El envejecimiento, la perimenopausia y la menopausia no juegan a favor. Si a esto le añadimos cualquier enfermedad, la situación se complica.
¿LA PASIÓN ES RECUPERABLE?
Si, lo es, entendida como algo a cultivar desde la creatividad y la fantasía, y como un factor fundamental del estado de salud general del individuo, que debe cuidarse y revisarse con frecuencia, y necesita de una asesoría personalizada y especializada.
La comunicación sexual es básica, y el disfrute del placer no debe perderse por falta de novedad, por monotonía, o por descuido del aspecto físico.
En algunos casos es necesaria la terapia, individual o de pareja, y en otros un tratamiento médico particular. Contar con un buen seguro de salud tranquiliza y da confianza en este sentido.